Originariamente atribuido a Esquilo, aunque ahora algunos autores hablan de otro autor/a del siglo IV a.C., la historia de Prometeo eran tres obras llamadas “Prometeo encadenado”, “Prometeo liberado” y “Prometeo portador del fuego”. De las dos últimas sólo han llegado algunos textos sueltos.
El titán Prometeo desafió a los dioses, llevando el fuego a la humanidad. Esto provocó la ira de las deidades y su castigo eterno. Posiblemente a Zeus lo que más le molestaba de Prometeo, era que supiera quién sería el que le derrocaría, información que nunca le reveló.
En Prometeo encadenado cuentan cómo Fuerza y Violencia justo a Hefesto, le hacen preso y le llevan a la montaña del Cáucaso donde diariamente un buitre o un águila le devora el hígado, que posteriormente le vuelve a crecer.
En esta espectacular escultura realizada en 1875 por el artista alemán Eduard Müller (1828-1895), vemos al Titán antes de ser atacado una vez más por el el águila mientras vemos a las Oceánidas a consolar a Prometeo, que incluso llegó a decir que ojalá le hubieran dejado en el Tártaro para que nadie viera y escuchara sus lamentos.
¿Conocíais esta espectacular obra?
En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando hay un vaciado.





