La muerte, novia

“La Muerte, novia” de Thomas Cooper Gotch.

El título de la obra proviene de Shakespeare, donde en “Medida por medida” (1603-4) aparece en el Acto III el siguiente texto citado por Claudio:
‘Si debo morir, me encontraré con la oscuridad como una novia y la abrazaré.’

De esta manera, Gotch crea esta preciosa obra donde vemos a una mujer con un velo negro, pelirroja, rodeada de amapolas, esperando para unirse a la muerte. Aunque la relación con Shakespeare es innegable, también se ha entendido a esta mujer como la representación de una muerte seductora, bella, como si se tratase de un súcubo que nos intenta atraer.

Es muy interesante también el uso de las amapolas “Papare rhoeas”, relacionadas con el opio de manera errónea, ya que éste realmente se extrae de la Adormidera “Papare Somniferum”. Ambas flores poseen una gran similitud. Aunque la aparición de estas flores en algunos cuadros se utilizaba para reflejar el consumo de esta droga por parte de los artistas, la realidad es que esta flor, cuando es de color rojo (en los países occidentales), siempre ha tenido una simbología relacionada con la muerte, el recuerdo y el consuelo.

Thomas Cooper Gotch (1854-1931) fue un artista inglés muy cercano a los prerrafaelitas. Comenzó con un estilo más realista, de tonos grises y azules. Tras viajar a Italia y conocer las obras de Fra Angelico o Filippo Lippi, su pintura cambió drásticamente, dando más importancia a los detalles y usando colores más llamativos como hacían ya los Prerrafaelitas.

¿No os parece una obra preciosa?

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