Sin dejar de lado y no quitarnos de la cabeza lo terrible que está siendo a nivel de fallecimientos esta pandemia, quiero hacer una breve reflexión sobre otros conceptos que van a cambiar a nivel cultural y educativo en la “nueva normalidad”.
Primero quiero hacer un llamamiento a no obsesionarnos con las enseñanzas online. En la situación actual son totalmente necesarias ya que no hay otro camino, pero no debemos perder la esencia de las clases reales, físicas. La cercanía que una clase física da a los alumnos no tiene nada que ver con lo que se puede recibir a través de una clase por la pantalla de un ordenador, tablet y demás. Quizá pueda sonar algo bohemio o romántico pero creo que la unión que puede existir con un profesor/a en una clase nunca será igual a la que deriva de una clase online y esto hace que la formación posiblemente sea menos profunda, no peor, pero sí menos impactante.
Otra gran cuestión de las clases online es que no estamos preparados para ello.
Muchos colegios, institutos y universidades no tienen los medios ni sus profesores la formación para realizar enseñanza de manera online. Por no hablar de cómo se ha ahogado los presupuestos de estas instituciones y ahora se les pide que tengan un ordenador por pupitre.
En esta época de pandemia los profesores están siendo abrumados a realizar clases, videos y textos para que sus alumnos tengan material. Una cantidad de trabajo que no es ni viable de realizar bien y va a sobrepasar las horas que deberían trabajar.
No dejemos de recordar que aunque el trabajo de profesor es muy vocacional, es un trabajo y también necesitan su tiempo libre de desconexión. Conozco a varios profesores que están más de 12 horas al día preparando cosas para las clases. Habrá de todo, pero por lo que me cuentan, están (sobre)viviendo la pandemia de esta manera.

El segundo punto que quiero tratar es el qué pasará con el mundo cultural, museos, teatros, cines, conciertos…y cómo se verá afectado por la pandemia.
Seamos sinceros, ya era un mundo golpeado y casi derrotado. Los grandes museos vivían de esas super exposiciones donde se movían obras maestras por todo el mundo.
Pero estas giras de obras de arte se van a terminar. Nadie va a querer ceder su Da Vinci, o su Rembrandt.
¿Os imagináis una exposición como la del Bosco en el Museo del Prado donde las salas estaban abarrotadas (en exceso)?
¿Cómo solucionar esto? Posiblemente los museos deban hacer uso de esos fondos olvidados y de gran calidad, de compartir obras de manera entre museos nacionales y por supuesto, hacer exposiciones online.
Quizá pensemos que en el momento que haya una vacuna esto se acabará, pero la crisis económica que se acerca golpeará como siempre a los más débiles. Y a nivel institucional o público, siempre son sanidad y educación (donde yo incluiría cultura).
Eso sí, espero que cuando podamos volver a los museos, con un número menor de visitantes y de “agobio”, seamos conscientes de la suerte que tenemos de poder ver esas obras.
Quizá ahora, ver una obra de arte se convierta de verdad en una experiencia casi mística, conectar con la realidad artística de esa obra. Puede ser que ganemos en una conversación más profunda con las obras de arte.
Galerías de arte, casas de subastas, anticuarios…todo ese mundo que se basaba en gran parte por un conocimiento personal y cercano entre el comprador y la empresa va a tener que cambiar su manera de trabajar y si saben aprovecharlo bien, el mundo online les será de gran ayuda para revitalizar un mundo que ya estaba golpeado.
Muchos os preguntaréis cómo puedo criticar la enseñanza online (cosa que no hago, sólo hablo de su uso como algo contributivo, no como norma) pero sí defiendo una vertiente online de las galerías, casas de subastas y demás… Pues básicamente por practicidad. Yo también prefiero ir a una galería y ver una escultura de un artista que a lo mejor está en la galería en ese momento. Esa unión de la obra con el artista que a veces nos daban las ferias de arte también cambiará, pero ante la situación actual hay que buscar estas salidas.
Por acabar con una visión positiva, voy a contaros mi experiencia personal con el Instagram de @niundiasinarte donde divulgo arte.
Ver cómo la gente ha descubierto (mejor tarde que nunca) que el mundo cultural es una pierna más en la que apoyarse y caminar para una sociedad, que ahogada en el miedo, la muerte y el confinamiento, han implorado que los que hablamos de arte, historia o cultura estuviéramos estos días al pie del cañón.
Publicando, escribiendo y haciendo esas mini conferencias de estar por casa que son los directos… Espero que a partir de ahora no dudemos tanto en pagar por cine, teatro, música, exposiciones y demás eventos culturales.
Quizá lo único bueno de esto sea que a posteriori alguien se acuerde del colectivo sanitario (al que han maltratado, saqueado y destrozado) y cultural/educativo.