Esta maravillosa pieza es un ídolo oculado procedente del sur del valle del Guadalquivir.
Con unos ojos grandes, podemos ver decoraciones que posiblemente sean una muestra de los tatuajes o pintura facial que llevaría en el rostro el ser al que representa este ídolo, al igual que el peculiar cabello y las cejas.
Con cerca de 5000 años de antigüedad (2500 a.C.), fue realizado en la Edad de Bronce en alabastro con una altura de 12,75 cm y 6, 10 cm de diámetro.
Poco o nada se sabe de su función, posiblemente relacionada con el mundo funerario, representando algún tipo de deidad. Es muy interesante el concepto de este tipo de deidades (de las que se han encontrado bastantes ejemplos), que tienen unos grandes ojos pero no boca.
¿Un más allá silencioso? ¿Una deidad que observa nuestro tránsito al otro mundo?



