
Eva de Autun (1130-1150) es una rara avis de la escultura románica por representar a una mujer desnuda. Eva aparece con una mano en la boca como susurrando algo, quizá para decirle a Adán (obra perdida) que haga lo mismo que ella mientras alarga la otra mano para coger la manzana del pecado. Su cuerpo desnudo tiene un intento de conseguir un realismo e incluso entrevemos una carga sensual, además de recordarnos al gesto de una serpiente(símbolo del pecado) y tiene el torso dirección al espectador. Esto se debe a que la liturgia de la penitencia exige que el penitente yazca en el suelo apoyado sobre con las rodillas y los codos. Así el escultor esta mezclando la idea de la penitencia que en realidad está siendo usada en un acto de pecado.Esta Eva es un ejemplo de un momento en que la escultura románica estaba evolucionando y buscando nuevos caminos de desarrollo descriptivo.Esta obra fue realizada para el antiguo dintel de la fachada norte del transepto de la catedral de san Lázaro de Autun, por el Maestro Gislebertus o Gislebert, escultor del siglo XII que trabajo en Autun y también parece que estuvo trabajando con el Maestro de Cluny en la decoración de dicha abadía.